Crítica: Desierto Abierto

Desierto Adentro (México, 2008)
Director: Rodrigo Plá
***** (Cinco estrellas)




Un hombre que intenta buscar el perdón divino olvida que debe perdonarse primero.

Primero, la culpa. Segundo, la penitencia. Tercero, la señal. Y por último el perdón…que nunca llega. Este es el ciclo que vemos en esta verdadera obra maestra del mexico-uruguayo Rodrigo Plá, ganadora del Festival de Cine de Guadalajara de hace dos años.

A través de sus imágenes, Plá nos cuenta una historia situada en la guerra cristera que nos habla del pecado de Elías, un hombre que después de haber causado la muerte de su hijo, esposa y pueblo gracias a un error suyo, huye desierto adentro con sus hijos restantes para construir una iglesia con la que cree, Dios le perdonara y dejará de llevarse a sus seres queridos.

Plá nos muestra a un hombre que olvida que antes de todo, debe de ser capaz de perdonarse y que cree gracias a su fé ciega que Dios mágicamente podrá desaparecer esa carga de culpabilidad que le invade. Al ver este hombre que sus hijos uno por uno está muriendo, piensa que Dios lo sigue castigando y pierde la cordura. Toma control total de las acciones de los hijos que le quedan incluyendo a Aureliano.El pequeño está desitnado a vivir en su cuarto y tiene prohibido salir de ahí y tener contacto humano. El trabajo del niño consiste en hacer pequeñas pinturas con pasajes de la odisea que vienen cargando y con plegarias hacia un Dios que nunca se aparece.Estos pasajes son los que nos muestran la consternación y los pensamientos que invaden tanto al niño como al padre y que no los pueden dejar en paz.

Pero el hecho de que Dios los perdoné o no, no es el tema de la película. Lo que se nos cuenta es la crónica de la caída del ser humano que al no tener una guía espiritual propia cae hacia la locura y nos recuerda, usando la esplendida y multipremiada fotografía de Serguei Saldívar Tanaka, que no hay que cargar con la culpa propia.

Miguel Gtz.